Diversas técnicas de higiene dental han sido practicadas desde la prehistoria por el hombre, antes
de la creación del cepillo de dientes. Estas técnicas antiguas se han podido
verificar por las diferentes excavaciones que se han realizado en distintos lugares
del mundo y por encontrar ciertos utensilios que antes se usaban.
Los primeros registros que hay
sobre la higiene dental datan de alrededor del año 3000 a.C. En las tumbas
egipcias se han hallado ramitas en forma de lápiz, las cuales tenían en uno de
los extremos un tacto blando y fibroso para poder llevar a cabo una limpieza
dental. A estos primeros utensilios rudimentarios
que servían para el cuidado dental se les denominó "palos o varas para
masticar", y se fabricaban a partir de ramitas de los árboles,
machacando unos de sus extremos hasta ablandarlos. Los extremos de estas
varitas se moldeaban en forma de filamentos para que fueran aptos para las
encías, teniendo más o menos la forma del palillo de dientes.En la actualidad, algunas tribus nativas de
África y Australia todavía usan estas herramientas para su cuidado dental
Otro ejemplo que hay sobre un
utensilio anterior al cepillo de dientes y que aún se usa hasta nuestros días
para poder obtener una buena limpieza dental es el miswak por parte del mundo islámico. El miswak se obtiene de una planta llamada Arak, que también es conocida
como el "árbol del
cepillo dental". Se la utiliza masticándola hasta deshilacharla, y a
partir de ahí se obtienen grandes penachos
que contienen flúor.
Sin embargo, la creación y primera
aparición del cepillo de
dientes, se le atribuye a los chinos hacia el año 1498 o 1500 más o menos,
en el siglo XV. Aunque se piensa que el cepillo de dientes
puede ya haber estado desde antes del año 1498, pues en Japón ya andaba circulando dicho artefacto para
el cuidado de los dientes. Ya que un maestro zen japonés llamado Dōgen,
al viajar a China, "vio
a algunos monjes limpiar sus dientes con cepillos hechos de cerdas de caballo
cosidos a mangos de hueso de buey". La manera en la que se fabricaban estos
cepillos era extrayendo manualmente las cerdas de los cuellos del jabalí de los climas fríos de Siberia y China, ya que al vivir estos animales en bajas
temperaturas su pelaje se volvía duro y crecía con mayor consistencia. Al
extraer las cerdas de los cuellos del jabalí, se cosían a mangos hechos de
huesos o de bambú. Tiempo después se empezaron a crear otros cepillos dentales,
utilizando pelajes de animales diferentes como el del cerdo, del caballo y de
tejón y al mismo tiempo, se utilizaban también diferentes mangos hechos de
marfil y de madera.
Más tarde en el año 1600, es
introducido el cepillo de dientes a Europa, por
parte de los mercaderes ingleses que viajaron a China, más o menos cuando ya
estaba acabando el Renacimiento. Sin
embargo, en aquellos tiempos los europeos no recibieron con muy buen agrado
este utensilio, porque consideraban que las cerdas que se empleaban eran de una
dureza excesiva, que al momento de cepillar los dientes, les causaba irritación
y también malestar en las encías. Por otra parte, al llegar el cepillo de
dientes a Europa, no se usaba con tanta frecuencia debido a qué no todos
estaban acostumbrados a una buena limpieza dental y aún se preferían usar otro
tipo de métodos para la limpieza de los dientes qué ya estaban antes de la
aparición de este utensilio en Europa, como el caso de los palillos que estaban
hechos con plumas de gansos o de metal como oro o plata. Una vez introducido el cepillo de dientes a
Europa, este no llegó a tener muchas modificaciones después, sino que solo se
cambiaban las cerdas de jabalí por crines de caballo para obtener mejores
resultados. Además de que este utensilio no podía ser accesible para todos,
pues solo era para reyes y personas de alto élite por ser de un costo tan
elevado como el caso de la corte francesa en Versalles,
debido a que muchos de los cepillos estaban hechos con mangos de marfil y las
cerdas estaban elaboradas con crines de caballo.
A pesar de la introducción del
cepillo de dientes de los chinos en Europa y con la gran fabricación masiva qué
llegó a tener, como el caso de los cepillos de Williams Addis, este no llegó a
tener buena reputación. Debido a qué en 1723, se descubrió que el uso de las
crines de caballo podía generar enfermedades bucales por ciertas bacterias.
Este descubrimiento fue hecho por Pierre Fauchard, qué además propuso una
técnica para el cuidado de los dientes que es: "la frotación diaria de los
dientes con esponjas naturales". Tiempo después, en el siglo XIX, al
igual qué Fauchard, Pasteur dio a conocer una teoría de los gérmenes
que tuvieron que comprobar los odontólogos, de que en los cepillos hechos con
pelos de animales, se generaban bacterias y algunos hongos por quedarse húmedos
después de usarse. Así qué para evitar esto, fue recomendado esterilizar el
cepillo, poniéndolo a hervir en agua caliente. Pero a pesar de tomar dicha
medida, el cepillo de dientes se vuelve inservible porque las cerdas se
ablandan y se van desprendiendo con el uso.
Pero no fue hasta en los
primeros inicios del siglo XX, por el año de 1930, que apareciera la invención
del nailon por parte de Wallace H. Carothers, que muy pronto sustituiría a las
cerdas de animales por este novedoso invento. Ya que el nailon, a diferencia de
las cerdas de animales que normalmente se empleaban, es más resistente,
flexible y brinda un mejor cepillado, evitando la contaminación por bacterias y
haciendo que el cepillo se seque más rápido. Así mismo, las cerdas de nailon se
quedan mejor adheridas al mango del cepillo, evitando desprendimientos al
momento de usarlo. Fue entonces cuando en 1938 apareció el primer cepillo de
dientes parecido al de nuestros días, bajo el nombre de "cepillo milagro", el
cual daba una buena higiene, pero a pesar de ser popular y mejorado este tenía
el problema de que sus cerdas eran duras al contacto y qué incluso llegaron a
lastimar un poco las encías por lo cual no fue muy recomendado por los
dentistas.
Aunque no fue perfecto del todo
este nuevo cepillo de dientes, con el tiempo se empezaron a buscar nuevas
perfecciones a las cerdas de nailon para qué estuviera de acuerdo a las
necesidades de las personas. Fue entonces cuando en 1950 apareció el cepillo
dental "Park Avenue" de Dupont, que mejoró las cerdas
haciéndolas más suaves que del original, facilitando más fácilmente la limpieza
de los dientes y sin ninguna molestia, haciendo de este también más barato y
accesible para más personas.